jueves, 2 de abril de 2009

ANA MARIA ROMERO YEBRA


Nació en Madrid, pero desde hace años vive junto al mar de Almería. Tal vez por ser de ciudad, desde pequeña sintió pasión por la naturaleza. Le gusta también el cine, el teatro, estar con sus amigos y tener un libro en las manos. Y, sobre todo, los niños y la poesía. Tiene más de setenta libros publicados y piensa seguir escribiendo hasta que sea viejecita.

Ana María Romero Yebra Weblog

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Realizará un taller de animación a la lectura sobre su libro "Hormiguita negra", con motivo de la II Semana Temática que celebraremos del 27 al 30 de Abril.
En el colegio hemos adquirido el libro para que los niños tengan más facilidad para conseguirlo, por lo que lo tenemos a su disposición.
El precio es de 5 euros para asociados al AMPA y 7 euros para no asociados.
Los niños van a realizar actividades sobre el libro antes de la Semana Temática.



domingo 2 de noviembre de 2008

Crítica: 'Hormiguita negra' de Ana María Romero Yebra


HORMIGUITA NEGRA,
de Ana Mª Romero Yebra,
Ilustraciones de Arcadio Lobato,
Edelvives, 2004, Ala Delta,
38 págs., 7,20 €.


por Anabel Sáiz Ripoll, Doctora en Filología, Especialista en LIJ

Ana María Romero Yebra (Madrid, 1945) vive en Almería desde 1981 donde ejerce como maestra en el Colegio Público “El Puche”. Sus intereses son dispares y entre ellos figuran la pintura y la cerámica. Ha impartido cursos de animación a la lectura y ha participado en diversos Congresos y Jornadas de Literatura Infantil. Desde 1995 es Presidenta del Ateneo de Almería.
Sus creaciones literarias se orientan hacia la poesía, tanto para adultos (Entero para mí, Isla de Bretema, Cantos de arcilla, Horario de la hondura, Mirando escaparates, El llanto de Penélope,...) como para niños en donde tiene una obra amplia y de creciente interés y calidad (Hormiguita negra, La vaca Dosinda, Verdes amigos, El memoriápodo, Doña Pescadilla, Ronda de Nanas, La princesa aburrida y muchos más). Asimismo ha colaborado en distintas antologías y ha publicado una buena selección de cuentos troquelados para los más pequeños. Su producción supera ya la treintena de títulos.



Escribir para niños –como hacerlo para adultos- requiere una sensibilidad especial, un volver sobre lo escrito una y otra vez y un buen dominio del ritmo y de la musicalidad puesto que el niño, en un primer momento, gustará de la poesía a través del oído, con las nanas por ejemplo. Luego, paulatinamente, los argumentos se irán complicando.

Hormiguita negra fue su primer libro escrito hace más de diez años, aunque con una permanencia continuada en las librerías puesto que hoy reseñamos su reedición.

Se trata de un libro hermoso que nos habla de las cosas sencillas, de las estaciones, del paso del tiempo y de los animales que es, acaso, la parte principal del libro. De manera tierna y musical, Ana Mª Romero desgrana las características de la hormiga –de ahí su título-; pero también del elefante, el pez, el saltamontes, de la jirafa, del gato, del caracol y de muchos más. No olvida la lluvia, las fiestas del pueblo, algún viejo oficio como el de pastor y escenarios evocadores como el puerto. Así logra un ramillete de poemas que, sin duda, harán las delicias de los niños más pequeños, a partir de 5 años e, incluso, menos o más, depende de las lecturas que se hagan de los distintos poemas.


Son textos musicales que permiten ser leídos en voz alta y ganan, así, una consistencia mayor, se convierten en pequeñas piezas de arte hechas con mimo y con amor puesto que Ana Mª Romero Yebra canta a las cosas sencillas de la vida y lo hace con humildad y mucha alegría.

Las ilustraciones de Arcadio Lobato son hermosas y contribuyen a hacer que el libro sea aún más especial. Y es que Ana Mª Romero Yebra tiene la capacidad de llegar a los niños y de susurrarles al oído cadencias llenas de ritmo, que permitirán a los más pequeños empezar a adentrarse en el mundo de la poesía. Son versos de arte menor, básicamente, llenos de gracias en los que emplea un lenguaje claro, pero muy poético ya que continuamente encontramos distintas figuras retóricas y una adjetivación brillante.